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sábado, 4 de abril de 2015

Tratamiento disfagia



La disfagia puede tratarse, de modo que si tiene dificultades para tragar, es extremadamente importante que consulte a su médico de cabecera. Por lo general, el problema no puede curarse, pero son tantos los métodos que pueden emplearse para facilitarle la ingestión de alimentos y bebidas, que no debe dudar en solicitar asistencia profesional.
El tratamiento debe ser realizado y supervisado por un logopeda, junto con el médico. 
Las personas con dificultades para tragar necesitan ayuda por dos razones importantes:.
  • En primer lugar, para que no sufran de deshidratación o malnutrición.
  • En segundo lugar, para reducir las posibilidades de que los alimentos y las bebidas, pasen por el "conducto equivocado", y se introduzcan en las vías respiratorias y los pulmones, lo cual podría ocasionar neumonía.
Antes de poder iniciar el tratamiento, es importante obtener un diagnóstico exacto de sus dificultades, porque el tratamiento dependerá de cuál de las cuatro fases del proceso normal de deglución se vea afectada.
El tratamiento puede pertenecer a cuatro categorías diferentes:
  • Cirugía o modificación del tratamiento farmacológico.
  • Modificación físicas
  • Modificación de la deglución.
  • Modificación de la alimentación.
El éxito del tratamiento dependerá en cierta medida de usted. Cuanto mejor comprenda lo que ocurre, y más activa sea su participación en su tratamiento, más animado se sentirá, más confianza adquirirá y más satisfacción obtendrá.
Cirugía/cambio de prescripción médica.
  • Ocasionalmente, el problema puede aliviarse mediante una intervención quirúrgica, pero en la mayoría de los casos esto no es posible.
  • En algunas ocasiones, la disfagia es desencadenada por un medicamento prescrito para otra dolencia: algunos fármacos para el control de la epilepsia y el insomnio pueden, por ejemplo, dificultar la deglución; conviene, por lo tanto, verificar con su médico de cabecera si ésa es la causa de su problema.
Modificación física
  • Siéntese siempre tan erguido como pueda,   con los hombros rectos.
  • Si los alimentos se atascan –incluso si es solo brevemente–, póngase en pie, estire la parte superior de su cuerpo y de unos cuantos pasos; esto podría hacer que la comida se deslice a su estómago. No se tumbe.
  • Si los músculos de su mandíbula y su lengua son débiles, puede aprender ejercicios para fortalecerlos, y hacer que su masticación sea más efectiva.
  • Aprenda a realizar largas inspiraciones (un logopeda puede enseñarle a respirar más eficazmente, además de ayudarle a fortalecer los músculos de su lengua y su laringe).
  • Si usa una dentadura postiza, cerciórese de que esté bien ajustada.
  • Deje transcurrir al menos 3 horas después de la cena antes de acostarse. Si algún alimento permanece atascado en su esófago durante la noche, puede ser muy incómodo, e incluso doloroso en ocasiones.
Modificación de la deglución.
  • Corte sus alimentos en trozos pequeños, o pida a alguien que lo haga para usted.
  • Si ha perdido su sentido del olfato y del tacto, no siempre producirá suficiente saliva para ablandar sus alimentos. Asegúrese de que sus alimentos tengan un aspecto lo más apetitoso posible, y colores atractivos.
  • Cerciórese de disponer de mucho tiempo para comer, y de que nadie le apremie.
  • Procure comer en calma y en silencio, sin tensiones y sin que haya otras personas observándole.
Modificación de la alimentación
Si su problema se encuentra en la parte inferior de su esófago, es posible que le resulte totalmente imposible tomar alimentos sólidos. En ese caso, debe modificar sus alimentos y cambiar su textura, para poder tragarlos sin que le ocasionen problemas.
  • Los líquidos deben espesarse. Es posible que usted piense que el agua y los líquidos son más fáciles de tragar; sin embargo, cuando no se puede controlar bien el flujo, es muy fácil que acaben introduciéndose en las vías respiratorias y los pulmones. Su médico de cabecera, o un dietista, puede prescribirle agentes espesantes.
  • Los alimentos un poco ácidos (servidos con limón, por ejemplo), pueden provocar automáticamente el reflejo de deglución.
  • Para estimular el apetito, los alimentos deben tener buen aspecto. Triture la carne y las verduras por separado, para evitar que su apariencia sea poco apetitosa. Use verduras de colores oscuros, como brócoli y espinacas, por ejemplo.
  • Los alimentos sólidos deben triturarse o ablandarse, para que necesiten menos masticación y menos fuerza para propulsarlos a través de la faringe. 

    Ante  cualquier duda de que usted o uno de sus familiares no dude en consultar con un logopeda.

    papalia, logopeda, disfagia

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