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martes, 17 de diciembre de 2013

El juego en el desarrollo del niño

Etapas de desarrollo de los niños y los juguetes

 
El desarrollo del niño pasa por varias etapas, cada una de ellas con necesidades de acuerdo a su desarrollo, aunque el ser humano está programado para experimentar con diferentes formas de juego a lo largo de la vida, en ninguna como la infancia este tipo de actividades forman parte integral del proceso de crecimiento personal, por ello el tiempo del niño dedicado a ello debe ser una parte importante del día.
Es importante tomar en cuenta que las edades de esta etapa son orientativas y que el desarrollo del niño es único, por lo que hay que tomar en cuenta su desarrollo para la selección del juguete.
De 0 a 6 meses: juguetes que presenten mucho contraste de colores, texturas y sonidos. Necesita juguetes que le ayuden a descubrir su cuerpo y a distinguir diferentes texturas, formas y colores. Los sonajeros, móviles de cuna, muñecos de goma, mordedores, alfombras con actividades, etc.

De 7 a 9 meses
: El bebé empieza a explorar los objetos y a reconocer voces. Además de los anteriores se debe incluir juguetes con movimiento, como muñecos de trapo, juguetes sonoros, tentetiesos, balancines y andadores, juguetes de baño.
De 13 a 18 meses: Empiezan o saben andar y reconocen las propiedades de los objetos. Una buena opción es incluir juguetes de construcción, cubos para encajar y apilar, las bicicletas con ruedas y los cochecitos

De 19 a 24 meses
: Los niños a esta edad hablan y comprenden, empieza a descubrir su entorno. Los juguetes para esta etapa, además de los de movimiento, deben ser aquellos que sirvan para expresarse, como pizarras, pinturas, instrumentos musicales, instrumentos musicales.

De 2 a 3 años:
Empiezan a sentir curiosidad por los nombres e imitan escenas familiares, por los que hay que proporcionarle juguetes de imitación que les ayuden a simular la vida real. En esta etapa están las palas, rompecabezas, construcciones, instrumentos musicales, plastilina, triciclos, vestidos, cochecitos, sillitas y teléfonos de juguete.

De 3 a 5 años:
Los niños empieza a preguntar, a aprender canciones y a jugar con sus amigos. Patines, zancos, triciclos, títeres, cuentos, muñecos, puzles, encajables de piezas y Juegos electrónicos de preguntas y respuestas sobre letras, números, reconocimiento de sonidos

De 6 a 8 años
: La sociabilización aumenta y sienten la necesidad de sentirse acompañado de sus iguales y a compartir con ellos sus experiencias, juegos y actividades. Aumenta el interés por los juegos simbólicos y de reglas, los juegos que le ayuden a ampliar sus conocimientos o practicar los que ya tienen despiertan su interés, ya que es la edad en que preguntan todo. Bicicletas, patines, zancos, marionetas, juegos de imitación de oficios, juegos de imitación de la vida diaria , trenes, juegos de manualidades, puzles de más de 50 piezas, juegos de preguntas y respuestas, de memoria, lotos , de habilidades como canicas, dianas con dardos o deportivos.

De 9 a 11 años
: La curiosidad de los niños se transforma en ansias de conocimiento y los niños prefieren relacionarse entre sí y comparar las habilidades que han ido adquiriendo a través de juegos de grupo, los juegos de reglas son los que realmente acaparan su interés. Puzles, Mosaicos, construcción de modelos a escala o que reproduzcan con todo detalle, jugos de creación artística, juegos de magia, científicos, de memoria, deducción, estratégicos, de vocabulario y conocimientos, juegos clásicos de damas, parchís, dominós, tres en raya, etc.

Más de 12 años : Hasta ahora el niño ha podido probar muchos recursos lúdicos y empieza a construir su propia identidad, ahora en función de sus intereses y de los de su círculo de amigos y amigas dedica su tiempo a juegos cada vez más complejos. Experimentos científicos, modelismo, puzles de más de 500 piezas, juegos de mesa complejos y de habilidades, juegos de rol, etc.
 
                                                                 A través de espaciologopédico
 
                                                                 juego, papalia
 

lunes, 25 de noviembre de 2013

Presentación "FLUFF"


El sábado 23, Papalia asistió a la charla de presentación de "Fluff" unos graciosos muñecos creados para prevenir y superar los miedos infantiles, inseguridades y rabietas de los más peques.
 


Los muñecos son cuatro: Culito rana, Gamberro, Colchón y Edredón. 


Culito rana, ayuda a los niños en lo referido al miedo al dolor, a ir al médico...
Gamberro, dirigido a trabajar el miedo al rechazo, las temidas rabietas,  o cambios de conducta. 
Y los dos últimos, Colchón y Edredón, ayudan en los miedos e inseguridades nocturnas.




Todos ellos, vienen acompañados de un cd que incluye dos libros electrónicos donde se explica a los padres que tipo de inseguridades o miedos pueden presentar nuestros peques, y como poder ayudarles a través del juego con estos peluches. 




Además esta presentación, tuvo lugar  en Mandarina Garden, no tenía suerte de conocerlo y me pareció un lugar con mucho encanto en pleno centro de Alicante.  



Se trata de un espacio polivalente, dedicado a los niños donde se fomenta la creatividad, se celebran cumpleaños, realizan talleres, meriendas, tiene tienda de productos muy "cucos", servicio de Baby Resort, donde los niños pueden disfrutar de un montón de juegos, cuentos... Y donde ahora podréis adquirir los muñecos Fluff. Yo me hice con Gamberro!! Ya os contare la experiencia. 



Fluff. Psicopedagogía 

domingo, 24 de noviembre de 2013

Frenillo lingual

 ¿Qué es el frenillo sublingual?
El frenillo sublingual se define como una membrana mucosa situada bajo la lengua. Si dificulta o impide el movimiento normal de ésta, se dice que hay anquiloglosia o frenillo sublingual corto.
El frenillo sublingual se halla en la cara posterior de la lengua. Forma parte la mucosa oral y se halla poco vascularizado e inervado, por lo que si es necesario cortarlo ofrece poca resistencia, apenas sangra y no duele.
El frenillo puede ser flexible o inflexible, de tejido blando o fibroso, largo o corto, lo que influirá en el grado de restricción de los movimientos linguales.

¿Tan importante es?
La movilidad de la lengua es de vital importancia para la buena marcha de la lactancia.
Puede ocurrir que el bebé tenga frenillo corto pero que esta circunstancia no le cause problemas para alimentarse. Si un niño crece y aumenta de peso correctamente, no es necesario realizar intervención alguna, salvo que se quieran prevenir otros posibles problemas futuros (recordemos que la lengua no sólo es importante para alimentarse, sino que influye de manera decisiva en el desarrollo de toda la cavidad oral, por lo que repercute en la dentición, el habla, la respiración y puede incluso determinar la propensión a sufrir problemas como otitis, sinusitis, etc).

¿Qué problemas puede ocasionar el frenillo corto?
En la mayoría de los casos, la anquiloglosia perjudica tanto a la madre como al bebé.
Para la madre, el mayor inconveniente de dar de mamar a un niño con frenillo corto es el dolor: se producen grietas por la fricción y por la excesiva presión intraoral negativa a la que se ve sometido el pezón, infecciones bacterianas causadas por un mal drenaje de los conductos y favorecidas por la presencia de las grietas, isquemias por la compresión del pezón contra el paladar. Todo ello hace que la experiencia de dar el pecho resulte dolorosa y desagradable.
No todas las glándulas mamarias reaccionan del mismo modo ante una succión ineficaz. Hay  casos en los que la madre sufre falta de leche (hipogalactia) y hasta que se corta el frenillo o se estimula la producción (con el uso de un extractor, por ejemplo), la cantidad de leche producida es insuficiente. Por el contrario, hay madres cuyas glándulas mamarias parecen querer compensar el problema disparando la producción, lo que hace que padezcan ingurgitaciones constantes y subidas de leche entre tomas.
Además, las tomas pueden ser interminables, ya que los bebés con anquiloglosia no sueltan el pecho por sí mismos y suelen mostrarse llorosos e irritables. La madre se siente cansada y frustrada, lo que puede conducir al abandono precoz de la lactancia, incluso por parte de madres muy motivadas.  
En otras ocasiones, la succión no es dolorosa pero si inefectiva. Para la madre esto resulta desconcertante, ya que el niño mama aparentemente bien pero se muestra muy demandante y no gana suficiente peso.  Estas madres pueden llegar a pensar que su leche no es buena o que no son capaces de producir suficiente cantidad, cuando en realidad el problema es otro.
Para los bebés, las consecuencias de un frenillo corto pueden variar mucho, y aunque a corto plazo pueden afectar negativamente a la lactancia, a medio y largo plazo causan también otros trastornos.
Hay niños con anquiloglosia que no aumentan de peso debido a la succión ineficaz, que se traduce en una escasa producción de leche. Otros aumentan con normalidad o de manera espectacular.
La glándula mamaria actúa a menudo de forma compensatoria. Ante un bebé que mama de forma ineficaz o caótica, puede reaccionar fabricando mucha leche y dando lugar a una producción excesiva (hipergalactia). Cuando esto ocurre, los bebés toman mucha leche de inicio, más rica en lactosa, lo que la hace difícil de digerir y puede dar lugar a deposiciones verdes, malolientes y explosivas, muy diferentes de las deposiciones típicas del lactante amamantado, que son de color mostaza y con un olor dulzón que recuerda al del yogur.
Este exceso de lactosa también los hace más propensos a sufrir regurgitación, puesto que deben tomar más volumen de leche para obtener las mismas calorías que recibirían si mamaran de forma eficaz, y molestias  intestinales (gases, cólicos).
Al nacer, todos los bebés tienen el paladar alto y cerrado, pero a medida que la lengua se mueve eficazmente en la cavidad oral, éste se va abriendo y descendiendo. Si la lengua no tiene capacidad de elevación debido a un frenillo corto, este cambio no se produce, lo que afecta a toda la estructura maxilofacial.
Al quedar el paladar más elevado, las coanas (aberturas posteriores de las fosas nasales) ven reducido su diámetro, lo que hace que los bebés con frenillo corto respiren más por la boca que por la nariz, duerman con la boca abierta y ronquen durante el sueño. Los problemas respiratorios se deben a la entrada de aire a los pulmones directamente por la boca. Ese aire no es filtrado por las fosas nasales, lo que facilita la entrada de partículas dañinas. Y es más frío, lo que les  predispone a sufrir bronquitis y neumonías. También son propensos a sufrir otitis, debido a un mal drenaje de  la trompa de Eustaquio. Asimismo, hay estudios que relacionan la anquiloglosia con una mayor incidencia de las apneas del sueño.
La maloclusión dental es otro problema derivado de la anquiloglosia y se manifiesta cuando empiezan a salir los dientes. Éstos pueden nacer desplazados o encabalgarse, lo que unido a la deformación del paladar  puede requerir costosas intervenciones odontológicas.
Cuando los niños con anquiloglosia crecen, surgen problemas logopédicos (dislalias o trastornos de articulación fonética) en la pronunciación de las consonantes /r/, /rr/, /l/, /t/, /d/, /n/, /s/ y /z/.
Por último, la anquiloglosia es responsable asimismo de problemas de tipo social que no por leves dejan de afectar la calidad de vida de quien los sufre: las personas con frenillo corto no pueden hacer cosas tan sencillas como lamer un helado o besar con la lengua. 


                                                    frenillo, logopeda

domingo, 10 de noviembre de 2013

Vídeo síntomas ictus




Ictus cerebral

Desde nuestro blog queremos hablaros de lo que es un infarto cerebral o ictus y las consecuencias y efectos de este sobre las personas afectadas.
Los términos accidente cerebrovascularinfarto cerebral o, menos frecuentemente, apoplejía son utilizados como sinónimos del término ictus. Se caracteriza por un déficit neurológico ocasionado por una disminución importante del flujo sanguíneo cerebral, de forma anormalmente brusca (ictus isquémico) o bien, por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral (ictus hemorrágico).
Las enfermedades cerebrovasculares constituyen, en la actualidad, uno de los problemas de salud pública más importante. Son la tercera causa de muerte en el mundo occidental, la primera causa de invalidez permanente entre las personas adultas y una de las principales causas de déficit neurológico en el anciano. No obstante, se ha demostrado que el ACV en niños de 0 a 14 años son los que tienen más facilidad de recuperación, debido a que tienen un cerebro flexible y joven.
El daño cerebral supone una ruptura en la trayectoria vital del paciente y, por su elevado coste sociosanitario, condiciona las situaciones familiares, sociales e institucionales.
Los síntomas de un accidente cerebrovascular son muy variados en función del área cerebral afectada. Desde síntomas puramente sensoriales a los puramente motores, pasando por los síntomas sensitivomotores.
Esta es la imagen de un cerebro después de haber sufrido un ictus:

Los más frecuentemente diagnosticados son los siguientes:
  • Pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, o parálisis en la cara (hemiparesia/hemiplejía).
  • Dificultad para expresarse, entender lo que se le dice o lenguaje ininteligible (afasia).
  • Dificultad al caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación.
  • Mareos, dolor de cabeza brusco, intenso e inusual, casi siempre acompañado de otros síntomas.
  • Pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
  • Además de las manifestaciones físicas, hasta un 50% de las personas que sobreviven a su ataque cerebral sufren depresión durante los primeros años. A pesar de esto, en la mayoría de los casos se omite el diagnóstico, lo que repercute negativamente en el paciente.
Cómo podemos prevenirlo.....
  • Lo fundamental es controlar los factores de riesgo asociados; fundamentalmente, son la tensión arterial, el colesterol y la diabetes.
  • Evitar tabaco y alcohol.
  • Llevar una vida sana: ejercicio físico, dieta saludable rica en verduras, frutas, proteínas y grasas poli-insaturadas (EPA, DPA, DHA), con poca sal y evitando elevadas cantidades de grasas saturadas y carbohidratos (azúcares y harinas).
  • Seguir las recomendaciones del médico de cabecera, quien tiene acceso a la información pertinente relacionada con la salud de cada individuo.
  • Evitar el sobrepeso.
  • Evitar deportes de contacto o sobreesfuerzos.

                                Ictus, infarto cerebral, dicultades habla




jueves, 7 de noviembre de 2013

TDAH. Video muy interesante!!

Hoy desde nuestro blog, os queremos hacer llegar un video cargado de "verdad" y muy "real", acerca del TDAH (Trastorno de déficit de atención e hiperactividad).
Un video que nos permite conocer de primera mano de sus protagonistas, las características y consecuencias que presentan los niños y adultos afectados con este trastorno.

Es una forma de entender los errores y el desconocimiento que hay alrededor de este trastorno, así como también, aporta recomendaciones para llevar a cabo en el aula con estos niños.
Este video nos ha llegado a través de la Fundación CADAH.

Por ello, si eres docente, padre... dedica un poco de tu tiempo a ver este video, y sobre todo... a escucharlo.


TDAH.psicopedagogia

jueves, 17 de octubre de 2013

Papas... a leer!!


Hoy desde nuestro blog, os queremos hacer llegar este post dedicado a la lectura, pero… no para nuestros peques, no!! Si no para, vosotros, PAPAS.  Ya que como hemos dicho en alguna que otra ocasión, si queremos que nuestros hijos desarrollen una cultura de lectura, nosotros hemos de ser ejemplos a seguir, y como ejemplos; han de vernos “con libros entre las manos”.
Y además, las lecturas que a continuación vamos a recomendar, tienen que ver con hijos,  padres, normas, estudio…

Niños desobedientes, padres desesperados. Se trata del ultimo libro de Rocío Ramos-Paúl, la famosa supernany de la tele. Recomendamos este libro porque se trata de una lectura amena e imprescindible para todo aquel que quiera mejorar la relación con su hijo y disfrutar de lo que significa ser padre. Se centra en explicar la necesidad de que nuestros hijos sigan ciertas normas para crecer como adultos responsables, y como aprender a establecerlas.


Inteligencia Natural. Se trata de un libro que integra de forma armónica y equilibrada las distintas «inteligencias» para potenciar el talento y formar adecuadamente niños felices, a través del sentido común y de muchas, muchas dosis de experiencia. Su autor, José Carlos Aranda, Doctor en Filología Hispánica y profesor de Lengua Española y Literatura desde 1980, en Inteligencia Natural vuelca su formación en campos como la psicología, la neurobiología y la pedagogía, a los que se acerca desde su experiencia como padre, como maestro y como tutor de miles de alumnos.



Mamá trabaja. ¡La guía que todas las jóvenes esperaban!. Mamá trabaja, es una guía concreta que intenta responder con buen humor y sentido práctico todas las cuestiones que la condición de madres les plantea a las mujeres que tienen la fortuna de serlo: al mismo tiempo, despoja de su carácter dramático a las preocupaciones cotidianas que tanto las inquietan, y propone soluciones prácticas para que no se desborden.



Padres ausentes, hijos desconectados y vacíos. Patologías del siglo XXI. Los autores, siempre atentos a los riesgos y patologías que exhiben los nuevos tiempos, a través de este libro alertan a los padres de familia sobre la amenaza que representa para la salud emocional y la educación de la llamada Generación, formada por los niños nacidos a partir de 2006, el haber llegado al mundo virtualmente conectados y rodeados de la tecnología: multitask, celulares, Internet, videojuegos, ipad, redes sociales, Youtube, mensajes de texto y Wikipedia.




Y la última recomendación por hoy, La buena adolescencia. Claves para que padres sin complejos disfruten de este momento único.
Este libro,
ante todo, un manual práctico que ofrece la complicidad necesaria para asumir esta compleja tarea sin miedos y con la certeza de que no hay peor decisión que la de no intervenir.



Psicopedagoda, lectura

sábado, 12 de octubre de 2013

Cómo motivar a los niños para enseñar nomas de conducta.

¿Por qué queremos recetas mágicas para educar?

Por lo general no tenemos paciencia para que el niño aprenda a ser obediente, dedicamos varios años al proceso de aprendizaje de la lectoescritura en los colegios pero sin embargo pretendemos que un niño se comporte como un adulto sin apenas cumplir seis años.
No siempre conseguimos que los niños obedezcan a la primera, ese hecho nos pone tan nerviosos que aplicamos un castigo con el fin de modificar la conducta de forma inmediata, si no lo conseguimos hablando, acabamos gritando y perdiendo los papeles y  olvidando que  una disciplina que pretende enseñar la conducta adecuada,  tiene que hacer que el niño se sienta motivado para mejorar desde el control interno y en un entorno positivo ya que pocas veces el control externo mejora la conducta.

Juego de cartas para enseñar rutinas

Os dejamos un juego de cartas para enseñar las rutinas o normas dentro del hogar.
Las cartas de color rojo muestran las actividades del gusto de los niños y las cartas de color verde muestran diferentes normas o rutinas que es necesario que los niños cumplan dentro de la familia. Por lo general solemos condicionar la conducta del niño y decimos frases como si haces esto te daré aquello; si comes todo harás tal cosa.
Podemos decir lo mismo pero de forma positiva con el fin de ayudarles a ser responsables y también poder aprender el valor del esfuerzo  personal.

¿Cómo se emplea este material?

El adulto le puede decir al niño en algún momento del día como después del colegio, en una mañana de sábado o en un mediodía cualquiera, que escoja la carta con la actividad que le apetezca hacer. El niño mirando sus cartas decide si quiere hacer un puzzle, jugar o pintar. Estas cartas las adaptaremos según los intereses que tenga cada niño.
Por ejemplo
- Hijo, ¿que te apetece hacer ahora?
- Quiero ver la televisión
- Muy bien, pero primero nos vamos a quitar la ropa del cole, vamos a lavarnos las manos y luego  merendaremos. Cuando hayas realizado  estas tres indicaciones, podrás ver un ratito la tele.
Para enseñarle al niño esta rutina, el adulto escogerá las tres cartas que muestran cada paso  por medio de imágenes  y de esta manera motivamos la conducta adecuada enseñándole rutinas que más adelante le permitirán ser autónomo y favorecer una autoestima adecuada.

Algunas posibles rutinas

.Lavarse las manos, cenar y lavarse los dientes: después jugar un ratito antes de dormir. 
. Cenar, lavarse los dientes y meterse en la cama: después leer un cuento 
. Desayunar, recoger los juguetes y vestirse: después ver un poco de tela 
. Etc.
 
  A través de Edukame.com
 Normas, conducta, psicopedagogia

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Los miedos infantiles


El MIEDO es una emoción primaria caracterizada por una intensa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.
Estas sensaciones pueden cumplir una función de supervivencia en el niño, en el sentido de apartarle de situaciones de peligro potencial (no acercarse a ciertos animales, no entrar en sitios oscuros, etc.). Es decir; el miedo supone un importante componente de valor adaptativo para el ser humano.

Ahora bien, cuando este miedo se convierte en desadaptativo (no obedece a ninguna causa real de peligro o se sobrevaloran las posibles consecuencias) el resultado es un enorme sufrimiento por parte del niño que lo padece y por sus padres. De este modo, el miedo, puede condicionar su funcionamiento y alterar sensiblemente su capacidad para afrontar situaciones cotidianas ir a dormir, ir a la escuela, estar sólo, etc.).
Por ello desde Papalia, os dejamos aquellas situaciones, que según las edades de nuestros hijos, entrarían dentro de lo normal del propio desarrollo.

Los bebés comienzan a manifestar el sentimiento de miedo a eso de los seis meses de vida, momento en el que empiezan a experimentar miedos a las alturas, a los extraños y otros. Estos tres tipos de miedo se consideran programados genéticamente y de un alto valor adaptativo. De hecho su presencia denota un cierto grado de madurez en el bebé.
A esta edad también surge la ansiedad de separación de la figura de apego, ansiedad que se ve muy reflejada cuando empiezan la guardería.

Los niños de 2 años, suelen tener miedo de los ruidos fuertes. Hay nuevas cosas de las que asustarse, cosas grandes como los trenes, cosas ruidosas como las aspiradoras o las sirenas. También hay cosas extrañas como animales, wáteres o las inclemencias del tiempo. Así, a medida que el niño va adquiriendo experiencia de su entorno empieza a perder los miedos, aunque también puede remplazarlos por otros nuevos.

A los 3 y 4 años, pueden tener miedo especialmente de los ruidos fuertes y de la oscuridad, así como de lo desconocido.





Los niños de 5 años son ya más mundanos, saben ya que son los coches de bomberos o los trenes, conocen los animales más comunes y saben que son los fantasmas. Pero pueden sentir aprensión en sitios oscuros y les preocupa caerse al suelo y hacerse daño. Todavía les da miedo que mamá se vaya y no vaya a volver.

A los 6 años, es una edad aterradora. El miedo a los ruidos puede volver. Y podríamos encabezar una lista con miedos a fantasmas y brujas, así como el miedo a perderse o a dormir solo. Puede asustarse a menudo de elementos como el viento o el fuego que son tan fuertes. Puede ser muy valiente respecto a heridas importantes, pero en cambio, asustarse al clavarse una astilla o por un rasguño. También puede tener el temor de que algo le ocurra a papá o mamá.

Con 7 años, el niño es ya un pensador y un intérprete. Las sombras pueden convertirse en monstruos, los sótanos pueden estar llenos de criaturas terroríficas, y temen que pueda ocurrir algo bajo su cama o que se produzca algo más tarde, por la noche. Así como también les puede preocupar los acontecimientos diarios como no ser aceptado, llegar tarde o que mamá no vuelva a casa a la hora que le había indicado.

A los 8 o 9 años, tienen pocos miedos y sus máximas preocupaciones pueden ser el fracaso personal o el miedo al ridículo. 

Con 10 años, pueden empezar a tener más confianza en sí mismos.


No obstante, es un error pensar que todos los miedos desaparecen a medida que aumenta la edad del niño.

NORMAS GENERALES PARA IMPEDIR TEMORES DESCONTROLADOS
  1. Determinar si el miedo es lógico por la edad.
  2. La intervención será necesaria si la aprensión del niño es tan intensa que le impide desenvolverse normalmente.
  3. No reaccionar con exceso a los temores del niño. Los miedos no deben ignorarse, pero tampoco hay que reaccionar excesivamente. La respuesta que se de, podrá ayudar a prevenir que el miedo crezca. Por ello, las críticas incrementaran la ansiedad, así como también lo harán frases como: “no seas niño”, “este perrito no puede hacerte daño”…estas conductas pueden llevar al niño a ocultar su alarma para complacer a sus padres. Por ello, cuanta más cólera se muestre delante del niño, más aterrado se va a sentir. Por esta razón hay que ayudar a que el niño desahogue sus miedos, dándole la importancia que tienen, no más.
  4. Tampoco es bueno ser demasiado compasivo o atento, es decir; no hay que cogerle o tranquilizarle cada vez que tenga miedo, ya que así el niño puede llegar a pensar que existe un peligro real.
  5. Ser un apoyo tranquilo, pero sin darle demasiada importancia, y con naturalidad hay que dar soporte al niño mientras se enfrenta a su miedo.
  6. Si tiene miedo de que haya un monstruo bajo su cama o en el armario, hay que asegurarle de que no hay ninguno, para ello, le animaremos a que él mismo lo compruebe, y luego se continua con la rutina del acostarse.
  7. Reforzar el comportamiento de superación del miedo. La clave para ayudar al niño a tener menos miedo, son los elogios y recompensas por el comportamiento de superación de los temores.
  8. No hay que sujetar demasiado al niño, ni tampoco empujarle excesivamente. Lo que si que hay que hacer, es hacer comentarios positivos acerca de lo bien que maneja la situación, seguidos de una rápida caricia y de una sonrisa. Es más probable que así el niño lo vuelva a intentar en otra ocasión.

PARA SUPERAR MIEDOS Y FOBIAS

Cuando el miedo del niño dura mucho más tiempo del esperado o es tan intenso que altera su vida, se debe intentar reducir para que no se convierta en una fobia auténtica. 

  • Concretar el miedo
  • Enseñar al niño a valorar su miedo. Para niños mayores, se puede utilizar una escala de 0 a 10, con 10 como puntuación máxima. Para niños más pequeños, que no pueden utilizar los números con la misma facilidad, serán de ayuda las señales manuales. Se puede hacer que el niño practique moviendo sus manos hacia lo lejos para indicar mucho miedo, o juntas y hacia él para indicar que casi no tiene miedo.
  • Confeccionar una lista de miedos.Se puede comenzar a dividir el miedo en fracciones más manejables, de tal manera que en la parte superior de la lista se identifiquen los miedos menos aterradores, comprobando las causas de ansiedad más importantes. Por ejemplo, para el miedo a los perros, la actividad menos temible sería simplemente la de que mirara ilustraciones de cachorros, una más inquietante sería examinar fotografías de perros grandes, después podría mirar un perro autentico y, al final, se podría intentar que el niño lo acariciara. 
  • Identificar y enseñar maneras de contrarrestar la ansiedad.Mientras se ayuda al niño a superar un miedo, hay que asegurarse de que logra mantener un bajo nivel de ansiedad por dos razones:
  1. Si el miedo se acelera con rapidez, el niño querrá escapar antes de haber aprendido que puede disminuir si se enfrenta a él durante un poco más de tiempo.
  2. Con un alto nivel de ansiedad, el niño no tendrá oportunidad de asociar la situación con una sensación menos amenazante.
Por lo tanto, es bueno contrarrestar la ansiedad antes de empezar a desensibilizar al niño de sus miedos.
y cuando, como padres nos sentimos impotentes por no saber como ayudar a nuestros hijos, lo mejor es buscar ayuda de un profesional.





Miriam C
psicopedagoga miedos