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jueves, 13 de febrero de 2014

Tratamiento disfonía: preguntas frecuentes.



El proceso básico de la rehabilitación de la disfonía se divide en 4 fases principales:
* Evaluación: ORL, foniatra y logopeda.
* Tratamiento-rehabilitación: Logopeda y ORL (si hace falta cirugía).
* Valoración de la efectividad: ORL (anatómica) y logopeda (funcional).
* Seguimiento: Equipo multidisciplinario.

A continuación proponemos una explicación más detallada respondiendo las preguntas más habituales en estos casos por parte del paciente:


¿Cómo evaluará mi estado el/la logopeda?

Hay varios test sobre evaluación vocal, según el profesional, os aplicarán el que mejor crea que se adapta a vuestras características. Uno de los protocolos más utilizados de manera global por los especialistas en voz es el Protocolo Teatinos1, es muy fácil de interpretar, consta de diferentes apartados en los que hay valoraciones subjetivas del paciente, exploración perceptual i aerodinámica.

También es habitual que evalúen aspectos funcionales implicados en la producción de la voz como pueden ser aspectos fisiológicos, ambientales o incluso psicológicos; no se trata de pasar otro test o protocolo para evaluar estos aspectos, sino, tener una primera entrevista en la cual el profesional estará atento de vuestra postura corporal, respiración, nivel de estrés, entorno de trabajo…, para orientar correctamente la reeducación y a partir de los resultados poder crear un plan de trabajo con los objetivos a conseguir.


¿Qué tipo de tratamiento y terapia realizaré?

El tratamiento logopédico se trata de una reeducación vocal, que consta de medidas de higiene vocal junto a actividades de relajación, respiración, fono-coordinación, tono, intensidad, impostación y proyección. Se tratan de ejercicios sencillos con los que descubriréis vuestra voz de manera más íntima, y sobre todo a hacer un buen uso de ella y de esta manera atenuar las lesiones que os provoca la disfonía y por lo tanto evitar la intervención quirúrgica.

Se ha de tener en cuenta que según el estado inicial i evolución de la disfonía, puede ser posible que se deba combinar con un tratamiento farmacológico o finalmente aplicar un tratamiento quirúrgico prescrito por el ORL (Tratamiento mixto). La técnica “sand-wich” es la más común en tratamientos en disfonías mixtos, consta de reeducación logopédica previa, cirugía y reeducación post operatoria.


¿Da resultado?

El tratamiento logopédico no será nada más un entrenamiento para la voz, sino un conjunto de técnicas de alta exigencia i arte (Brodnitz, 1966), estas dos opciones aseguran unos resultados favorables ante la disfonía.

La reeducación debe aportar mejoras en las características de vuestra voz para que sea más funcional y la calidad de vida sea la más óptima posible, pero todo depende de la actitud que presentéis ante la terapia, la efectividad en este tipo de reeducaciones va muy enlazada al trabajo autónomo y al automatismo de los hábitos aprendidos en consulta.


¿Y después… que?

El tratamiento logopédico suele durar aproximadamente unas 20 sesiones de unos 30 minutos; unas líneas atrás hemos hecho referencia a los diversos resultados que pueden darse posteriores a una reeducación vocal, por lo tanto lo más importante que tenéis que tener en cuenta es las indicaciones por parte del equipo multidisciplinario que lleve vuestro caso, el cual constará de ORL y logopedas principalmente, estos profesionales son los que realizaran las revisiones pertinentes.

Para finalizar este articulo orientativo, nos gustaría hacer una pequeña reflexión, ya que tenemos que tener en cuenta que el tratamiento de estas patologías, al igual que muchas otras, se resuelven con la ayuda de un trabajo conjunto de los diferentes especialistas vinculados al tratamiento de la voz y por supuesto del paciente afectado.


Estos profesionales tratan de poder ayudar a la sociedad a reducir estos problemas de voz como disfonías funcionales, a través de talleres de prevención, exploraciones y tratamientos personalizados, los cuales podemos pedir información a nuestro médico de confianza.

                                                                                        voz,logopeda
 

martes, 4 de febrero de 2014

Mi hijo muerde y pega, ¿qué debemos hacer?

Cuando nuestros peques empiezan a dar sus primeros pasos, están dando inicio al desarrollo de su autonomía física, la cual les permitirá aprender a caminar y a utilizar su cuerpo.
Y a través de sus primeras palabras, empezarán a desarrollar su lenguaje.


Pero en los inicios de este aprendizaje, como su motricidad y lenguaje todavía es limitado, utilizan su cuerpo y la energía de éste como medio de comunicación y para satisfacer también sus deseos.
Por ello, ciertas dosis de agresividad son normales a esta edad, pues los niños todavía se guían por sus instintos, son egocéntricos y les cuesta tener en cuenta a los demás, por eso reaccionan de forma agresiva cuando se sienten frustrados, y no pueden comunicarlo a través del lenguaje.

"Cuando le tenemos en brazos nos da algún manotazo o nos da algún mordisco. Y encima parece resultarle gracioso”. ¿Qué hacer?

No hay que dar demasiada importancia a este tipo de comportamiento, ya que estamos hablando de niños muy pequeños, pero eso no quiere decir que haya que consentírselo.  Por lo tanto, hay que ponerse serios y decirle que no se pega e inmediatamente retirarle la atención y suspender momentáneamente la comunicación con él.

-       No conviene dar gritos ni hacer aspavientos, porque pueden servirle de aliciente y fomentar la agresividad.
-       Hay que intentar actuar siempre de la misma forma, de modo sistemático, y haciéndolo por igual, todos los adultos que están al cargo del pequeño.

¿Pero y cuando vamos al parque y pega a otros niños?

Como bien se ha comentado al principio, con un año de edad,  es normal que ocurran estas cosas porque sus reacciones y comportamientos son aún muy primitivos. El niño todavía no puede usar el lenguaje para hacerse entender ni para resolver conflictos. Por eso, su agresividad es la única manera que tiene para expresar lo que quiere. A esto, también hay que tener en cuenta el temperamento del niño, pues hay niños muy movidos e impulsivos, y hay otros más tranquilos.
Lo correcto seria reprender al niño diciendo: "no hagas eso", "hace daño", "pegar está mal".  Pero siempre hacerlo desde el cariño pero con firmeza. Y, nunca decirle: "ya no te quiero"
Si aun así, el niño persiste en pegar, se le puede retirar momentáneamente de la situación, pero eso no quiere decir que debamos prohibirle jugar con otros niños. Pensad que vuestro hijo tiene que estar en compañía de otros niños para aprender a estar en grupo y respetar a los demás. Lo único, que de momento, necesitará que estéis presentes para prevenir choques y limar asperezas. A veces no hará falta separarle del grupo, bastará con distraerle y animarle a cambiar de actividad.

También conviene que aprenda a decir "no", "no quiero" y "es mío" cuanto antes, de modo que las palabras sustituyan eficazmente a la acción impulsiva. Además, debemos enseñarle a pedir las cosas en lugar de quitarlas.
De igual modo, es muy importante elogiarle generosa y expresivamente cuando juegue y se comporte adecuadamente con otros niños, y enseñarle maneras de ser amable.
Pero, sobre todo, hay que ser paciente y no perder la calma porque lo normal es que aún no se controle y que su comportamiento sea un tanto imprevisible.

Psicopedagogia, conducta.