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miércoles, 27 de marzo de 2013

El niño ante el divorcio


Esta claro que el DIVORCIO no es tema agradable, y muchas veces, dependiendo de cómo se dé,la separación puede significar un dolor difícil de superar para los hijos. 

Pero se ha comprobado que es preferible para la estabilidad emocional de los hijos; unos padres separados, pero felices, a unos padres juntos pero que viven peleando, sin llevar ninguna relación de amor.
Los niños pueden llegar a entenderlo, si la situación es bien manejada e incluso podrán llegar a asumirlo como una experiencia más de su vida que los hará crecer como personas. Sin embargo, para que los hijos puedan comprender la separación y adaptarse poco a poco al nuevo estilo de vida, es importante considerar varias recomendaciones generales para el manejo efectivo del mismo: 
Notificar con tiempo a los hijos la decisión de separarse

Es importante que a los hijos se les presente la ruptura como una decisión conjunta, por ello, ambos miembros de la pareja tenéis que hablar con los hijos acerca de la ruptura antes de que ésta sea un hecho legal.  

Hay que explicar de forma simple el motivo de la ruptura

No hacen falta explicaciones detalladas; basta con comentar que los padres ya no queréis ni deseáis seguir viviendo juntos. Es fundamental que padre y madre habléis por turnos, en un tono sereno y respetuoso, evitando mostrar rabia, agresividad, preocupación, tristeza o llanto. No hay que trasmitir a los hijos que uno quiere separarse, pero que el otro no, ya que esto sólo contribuirá a hacer más dolorosa la situación.
                 
Es extremadamente importante dejar muy claro a los hijos que ellos no han sido los culpables de la ruptura de la pareja. Los padres debéis explicarles que no renegáis de todo vuestro pasado común y que probablemente vuestros mejores éxitos, cuando formabais una pareja, fueron ellos, vuestros hijos.

No informar los conflictos de fondo

Es fácil caer en la tentación de presentarse como victima o de recrearse contando a los hijos detalles de una infidelidad, mala relación…  la información que se le dais al niño, debe aproximarse a la verdad, pero sin caer en estos detalles pormenores que pueden ser dolorosos para él. Y así, hay frases que deben evitarse como: “tu padre/madre nunca me ha querido”, tu padre/madre tiene una aventura con otro/a”…

Explicar cómo se van a organizar en adelante

Se cae, en ocasiones, en la tentación de decir que nada va a cambiar, pero sin embargo, es necesario hablar sobre el modo en que la separación afectará a sus rutinas, y lo mejor es ir anticipando los cambios futuros.
Hay que dejar claro a los hijos cómo va a ser su vida a partir del divorcio. Los niños necesitan seguridad y es por ello que se les debe comunicar las decisiones finales fundamentales, a saber:
  • Quién va a cambiar de casa.
  • Con quién van a vivir.
  • Dónde va a vivir el otro progenitor y cómo va a ser el contacto.
  • Si va a haber cambios sustanciales en la situación laboral o económica….
Respetar la imagen que tiene el niño del otro padre.

Es importante dejar claro que no hay bueno o un malo, que no hay víctimas ni culpables. Por ello, es importante que tratéis de proteger las opiniones positivas que vuestro hijo tenga de ambos padres. Así como también es muy importante respetar la figura del progenitor que se va del domicilio.

Prestar atención a los sentimientos de los hijos en todo momento.

A menudo, los sentimientos se mezclan y esto puede generar confusión y angustia. Los niños no siempre entienden lo que sienten, por lo que necesitan ayuda para comprender sus emociones poniendo nombre a sus sensaciones. Y es importante concederles tiempo para que asimilen y entiendan la nueva realidad.
Hay que enseñarles a expresarse adecuadamente, nunca de modo destructivo.
No hay que creer que si el niño no reacciona, es porque entiende la situación,  pues puede estar ocurriendo todo lo contrario,  que es que  pretenda negar la realidad con su silencio: si un niño se enfada y grita, está dando, de forma natural, el primer paso para afrontar y superar la realidad, pues los sentimientos que no se expresan pueden generar barreras y dificultades.

Cuidar la propia vida afectiva

Tras el divorcio es natural que los miembros de la pareja sufráis dificultades emocionales. Puede ser necesario pedir ayuda a profesionales, como son los mediadores, psicólogos, etc. 

Benedek (1999) recoge algunas consideraciones  evolutivas a tener e cuenta al informar a los niños:


Menores de 5 años

No necesitan explicaciones excesivamente largas y detalladas. A esta edad piensan en sus padres como una unidad indisoluble, en lugar de cómo un papá o una mamá separados. Explicar que al padre que se va de casa no le va a pasar nada malo y hablar del nuevo lugar donde residirá.

Entre 5 y 8 años

El niño a esta edad necesita saber que pasará con él. De que modo afectará la separación de sus padres a sus rutinas habituales. Necesita saber que sus padres seguirán ocupándose de él.

Entre nueve y doce años

A los niños de esta edad les preocupan cuestiones similares a las de los más pequeños. A esta edad su inmadurez les lleva a pensar en términos de bueno o malo  o de correcto o incorrecto. Pueden culpar a uno de los miembros de la pareja de la ruptura familiar  o pensar que se les pide que tomen partido. A esta edad, los niñs forman un fuerte vínculo con la fgura del mismo sexo y desarrollan su identidad sexual. Es fundamental garantizar a los varones la continuidad en la relación co el padre.