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martes, 4 de febrero de 2014

Mi hijo muerde y pega, ¿qué debemos hacer?

Cuando nuestros peques empiezan a dar sus primeros pasos, están dando inicio al desarrollo de su autonomía física, la cual les permitirá aprender a caminar y a utilizar su cuerpo.
Y a través de sus primeras palabras, empezarán a desarrollar su lenguaje.


Pero en los inicios de este aprendizaje, como su motricidad y lenguaje todavía es limitado, utilizan su cuerpo y la energía de éste como medio de comunicación y para satisfacer también sus deseos.
Por ello, ciertas dosis de agresividad son normales a esta edad, pues los niños todavía se guían por sus instintos, son egocéntricos y les cuesta tener en cuenta a los demás, por eso reaccionan de forma agresiva cuando se sienten frustrados, y no pueden comunicarlo a través del lenguaje.

"Cuando le tenemos en brazos nos da algún manotazo o nos da algún mordisco. Y encima parece resultarle gracioso”. ¿Qué hacer?

No hay que dar demasiada importancia a este tipo de comportamiento, ya que estamos hablando de niños muy pequeños, pero eso no quiere decir que haya que consentírselo.  Por lo tanto, hay que ponerse serios y decirle que no se pega e inmediatamente retirarle la atención y suspender momentáneamente la comunicación con él.

-       No conviene dar gritos ni hacer aspavientos, porque pueden servirle de aliciente y fomentar la agresividad.
-       Hay que intentar actuar siempre de la misma forma, de modo sistemático, y haciéndolo por igual, todos los adultos que están al cargo del pequeño.

¿Pero y cuando vamos al parque y pega a otros niños?

Como bien se ha comentado al principio, con un año de edad,  es normal que ocurran estas cosas porque sus reacciones y comportamientos son aún muy primitivos. El niño todavía no puede usar el lenguaje para hacerse entender ni para resolver conflictos. Por eso, su agresividad es la única manera que tiene para expresar lo que quiere. A esto, también hay que tener en cuenta el temperamento del niño, pues hay niños muy movidos e impulsivos, y hay otros más tranquilos.
Lo correcto seria reprender al niño diciendo: "no hagas eso", "hace daño", "pegar está mal".  Pero siempre hacerlo desde el cariño pero con firmeza. Y, nunca decirle: "ya no te quiero"
Si aun así, el niño persiste en pegar, se le puede retirar momentáneamente de la situación, pero eso no quiere decir que debamos prohibirle jugar con otros niños. Pensad que vuestro hijo tiene que estar en compañía de otros niños para aprender a estar en grupo y respetar a los demás. Lo único, que de momento, necesitará que estéis presentes para prevenir choques y limar asperezas. A veces no hará falta separarle del grupo, bastará con distraerle y animarle a cambiar de actividad.

También conviene que aprenda a decir "no", "no quiero" y "es mío" cuanto antes, de modo que las palabras sustituyan eficazmente a la acción impulsiva. Además, debemos enseñarle a pedir las cosas en lugar de quitarlas.
De igual modo, es muy importante elogiarle generosa y expresivamente cuando juegue y se comporte adecuadamente con otros niños, y enseñarle maneras de ser amable.
Pero, sobre todo, hay que ser paciente y no perder la calma porque lo normal es que aún no se controle y que su comportamiento sea un tanto imprevisible.

Psicopedagogia, conducta.



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